domingo, 4 de abril de 2010

¿Es malo mezclar frutas con leche?

Obra de Eric Fichl


Riendo, quizás, hacia adentro
pero riendo.
Me conservo en el sueño,
río como una mongólica.

lunes, 29 de marzo de 2010

Diálogo con un amigo

Alicia dice: Sabes..? Hoy soñé que era una puta.

Mn dice: Y seguro lo disfrutabas, creo que todas son unas putas a veces, más en los sueños.

Alicia dice: Sí, creo que sí. Y podía resistirme si quería, era una puta fina pues.

Mn dice: Eso te pasa por estar buscando el significado de Dios.

Alicia dice: Si Dios fuera mujer, sería una puta.

Mn dice dice: ¿Cómo reduces la existencia de Dios a eso? Es absurdo.

Alicia dice: Al menos es menos absurdo que el Dios de los cristianos o el de los judíos.

Mn dice: Sigue siendo absurdo, estás cayendo en lo mismo que ellos.

Alicia dice: Pero imagínate, entonces sería pecado ser decente. No sería tan molesto y nos justificaríamos de una vez por todas.

Mn dice: De paso hablas del pecado… Te has vuelto una fanática?

Alicia dice: ¡No! Odio esa palabra.

Mn dice: Te has vuelto algo parecido entonces! Creo que ya no te amo, dentro de poco me leerás un Atalaya personalizado con los mejores pasos para la sodomía.

Alicia dice: Jajajaja eres un grandísimo imbécil. No te salgas del contexto. Estamos hablando de mi sueño.

Mn dice: Pues me parece un sueño vulgar. Bien sabes que si apareciera Dios ahora mismo, serías más atea de lo que ya eres.

Alicia dice: Claro, imagínate… qué Dios tan ridículo. Para eso prefiero creer en un gusano.

Mn dice: Es mejor no decir nada sobre Dios

Alicia dice: Somos y ya está, pero no es suficiente. No puedo quedarme así.

Mn dice: A mí realmente me tiene sin cuidado su existencia.

Alicia dice: ¡Mentiroso!

Mn dice: Puta!

Estoy hecha...

...de melancolías, de recuerdos vanos al despertar pero sin reconocerlos, entonces me sumerjo es despertares lejanos y me escarbo en mis soledades, me caigo en un pasado casi desconocido pero me siento en él. Siento melancolía de la noche pasada, cuando al vislumbrar lámparas en ventanas ajenas me vi en años y me añoré, siento melancolía de la niña que pisaba hojas secas como si no hubiese más dicha en el mundo, pero también siento melancolía de los juegos que nunca pasaron; siento melancolía de la remota playa de septiembre del dos mil, cuando sin saberlo me crecían los senos y me redescubría en deseos; siento melancolía de mis tardes con Any, cuando nos contábamos todo lo que ya habíamos visto, siento melancolía de los crepúsculos vistos por mis padres, siento melancolía de los sueños que ya no tengo, de los sueños que no tuve y deseé alguna madrugada de insomnio, siento melancolía de comer carne, de leer los libros en voz alta, de mirar a los desconocidos sin mirarlos; siento melancolía de los amantes que me hicieron feliz amándome más de los que yo les amé, y aún más melancolía de aquellos que me hicieron menos feliz y que me amaron menos de lo que yo les amé, quizás muy poco. Siento melancolía de las horas que acaban de morir, siento melancolía del presente.

martes, 23 de marzo de 2010

Para ella



Cuando pensé en el mundo como el lugar de siempre, resignada; caigo de sorpresa con el susto estremecedor de un salto de sueño, caigo sin previo aviso por supuesto y me estiro. ¿Cómo es posible caer una vez más con este ritmo voluptuoso de mis suplicios? No lo esperaba, ¡pero qué dicha! ¿Padeceré la implacable vigilia que me aniquilaba y me llenaba más de existencia? Si como resultado de noches atroces logro parir siquiera palabras vulgares, padeceré el zumbido abominable de la madrugada con la mayor felicidad posible. Quiero nuevamente sentir la belleza de lo repugnante. Sentirme desde adentro, y nacer todas las noches. ¿Por qué tardaste tanto en llegar Tormento?

lunes, 22 de marzo de 2010

Sin título



Me quemo en la brevedad del café
y lo aspiro, en un sorbo todo,
antes de que te me escapes, otra vez,
antes de que se enfríe la taza.

sábado, 20 de marzo de 2010

Sin título



Hoy releo con pena mis escritos.
Me fijo en mí siendo ella, no sin pena además,
y me pierdo, nada me pertenece,
Esos momentos son sólo de ella, míos ahora.
Pero ahora no existe, ni ella.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Bajo



Se acabó

El mundo duró un agosto

con tu suspiro lejano

primero.

Con tus ganas de besarme

en las escaleras después.

Se acabó un diciembre

con tus dedos ansiosos

por tocar otro cuerpo,

de madera.