jueves, 7 de febrero de 2008

¡Día de Hoy, fuiste muy cordial conmigo!



Como siempre hoy desperté; no obstante, deseando el mejor de los días, desperté con ánimos, con carácter, con una increíble esperanza por los seres humanos. Abordé el bus con una luz en los ojos, me bajé del bus con lágrimas que alumbraron los zócalos de la acera. Cuando estaba allí; al final del viaje, con todos y nadie vislumbré el alma de Friedrich, amé su arte y a sus seres de espalda, navegué feliz por los canales de Canaletto a pesar de haberlo pensado como Cattaleno…no importa, estaba cerca dijo la voz. Ahora que estoy aquí, recordando a las amigables horas recientes, veo a la tarde de hoy como una deliciosa torta que no me hizo sentir culpable; aunque preferí el yogurt de durazno por su frescura y facilidad, después las papas fritas. Entré(o entramos) además a la Ballena Blanca y tomé un té invisible, ojeé a Rayuela sin poder comprarla y J prometió comprar la Ilíada para el día de mañana después de salir del taller de brasileña. Por otra parte, fue imposible obviar el haz de resentimiento que me confirió F por haberle insinuado que no comprendería el Ulises. Luego nos sentamos en el banco y oímos embriagados a la Fuente muda de la Plaza Glorias Patrias.


En definitiva, hoy fue un gran día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

awwww me encanto!! no se que tienes pero eres genial!!
te amo